28 mar 2008

Oculto


Que la vuelta y el morbo.
Que la noche y la fantasía.
Que aparecés justo el día que te pensé a deshoras.
Justo cuando ya vengo a tenerte ganas de nuevo, justo cuando los reflejos del cuerpo tienden a humedecerse.
Justo. Exacto. Perfecto. Tu calce a mi cuerpo.
Y la noche fue LA noche y la música y los desnudos.
Y los ruidos a cacerolas y a amores que desoímos.Y tus manos encastrando perfecto en mi cintura y en todo.
Es que con vos juego a que no juego. Es que con vos me levanto, me visto y me voy. Y me quedo. Es que tu casa con olor a vainilla y mi piel con olor a fantasma.Es que la historia tan vacía que llena. Tan ausente que es misterio. Tan presente que es piel.
Que ardemos, que nochesdías, que rayas, que nada.
Y afuera llovía y vos le susurrabas a mi piel erizada que la noche era perfecta, con el ruido de la lluvia, de la música y de las velas. Con la ausencia de tu dueña y de mi alma. Con la fantasía y lo concreto. La noche que me susurraste perfecta. La presencia justa de tu ausencia, tan tuya que no duele. Tan de amantes que seduce. Tan presente que estremece.
Vos con tu vida perfecta, yo con mi escudo tan fuerte. Par de amantes escondidos. Deteniendo el tiempo en cada gozo. Eternizando ser prohibidos. No vas a pedirme que te quiera, no voy a pedirte que me cuides. Vamos a ser únicos jugando a que todo vale. Esquivando los ruidos de la conciencia y cuidándonos de no andar amándonos. Que no nos sorprenda el día. Quedémonos clandestinos, ocultos en las noches perfectas cada vez que tu boca me hace huella.
Chiquita era la promesa ¿Te acordás?.


18 mar 2008

Ahí

Ahí quedamos. Fijos y cercanos.
Que la noche recién nacía y vos llegabas a decirme que ahí estabas. Y yo que ya te había puesto lejos. Que ya me había puesto linda y distante, incrédula y desganada. Ahí estábamos entonces. En el lugar de siempre. Me buscaste. Y yo, que ya estoy bastante cansada de correr a ninguna parte preferí quedarme ahí. A pensar que me da igual, a sentir que no te quiero. Y me dio igual tu mano en mi cintura, tu familiaridad tan conocida, tu casa, tu cama, tu piel. Ahí me dio igual. Un gozo más.
Hasta que fue el momento de dormir y muertos de risa nos dejamos vencer por el amanecer que ya era día. Me pusiste sobre tu pecho como nunca. Y ahí por primera vez me dormí. Y ahí también me desperté con tu beso en mi frente diciendo que tenía un desayuno y un buenos días. Y nos quedó por delante el día. Y nos quedó por delante un intento y unas cuantas mentiras. Me quedó en mi placad tu ropa, con tu olor y tu ADN. Te quedó en tu almohada mi sueño y entre las sábanas mis horquillas.
Quise pedirte una promesa. Que esperemos el invierno, que enciendas la estufa y me abraces otra vez. Y ahí quedarnos. Entre tus brazos, mis silencios, tus ausencias y mis huídas.

11 mar 2008

Recién

Para entender un poco mejor lo que sigue será mejor leer antes acá



Recién me dormía ésta mañana cuando empezaba a salir el sol.
Un bip en mi teléfono y un mensaje. Habían sido días de espera pasada de fecha y de panza que se hacia pesada. "Estoy recién internada" decía Naty en un sms que me abofeteó el sueño y me llenó de cosquillitas el alma.
Lo irreversible se fue tornando estos últimos meses en recuperable, en distinto pero recuperable.
Salté de la cama con el cansancio a medio desvelar y me vestí.
Después de muchos días hoy recién salió el sol.
La sala de espera estaba desierta y Naty iba a ser mamá. No había nadie esperando. Ni abuelos ni tíos ni nadie. Estaba yo en esa salita diminuta pensado entre mis manos retorcidas y mis pasos agigantados. Pensaba en ella. Mi amiga de cuando era chiquita, mi hermana de cuando era adolescente, mi distancia de cuando era soberbia. Pensaba en las veces que jugamos a la casita, a la mamá y a los bebés. Ella estaba una puerta mas allá abriéndole paso a su hija. Dándole empuje, penas, alma y vida. Los minutos eran un parto y pasaron así unas cuantas horas. Nadie llegaba, nadie nacía.
Entonces la puerta se abrió y "ya nació" y "están bien" y "Naty una reina" y yo a llorar, recién tranquila.
Abrí a puerta y la habitación estaba blanca, había olor a vida. La vida que Naty trajo y le puso Camila.
Ella se reía cómo hace siempre que está nerviosa. Me acerqué a su cama de mamá nueva y me agarró de la mano que temblaba y nos dimos un abrazo que lloraba. Alguien preguntó si eramos hermanas ella dijo"Casi".
La miré mamá por primera vez. Ella se reía ya lo dije. Y yo lloraba también lo dije. Tenía miedo por ella, estaba asustada por ella. La vida se abre paso a cada paso y en su cunita diminuta una bebé nos hacía un poco más amigas. Y les saqué la primera foto. Y me dijeron "Acá está tu sobrina".
Recién llegada. Recién nacida. Y ya me hiciste el regalo de recordarme lo inmensa que puede ser una alegría.

Empieza lo bueno hermosa.
Bienvenida al baile de andar la vida.


5 mar 2008

Noche de naranjo en flor


Sonaba en sus pisadas la historia de un sábado al noche, dos desconocidos y un tango mentiroso

("..Era más blanda que el agua, que el agua blanda...").

Caminaban por Honduras y él tan nuevo, tan reciente, tan ficticio ya la estaba queriendo de la nada y para nada. Ella traía humo en las pupilas e incansable en la mirada y quiso entender que pasaba. Andaban en la noche y a la plaza. El entorno implotaba a cada instante. Él tenía esos ojos tan verdes de profundos y esa historia tan oscura de haber vivido. Ella caminaba como desnuda. Casi más viva que muerta

("...Después ¿qué importa el después? Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado...").

Moría él por tenerla, vivía ella para jugar. Se acercaba él a cada minuto a su alma, se escapaba ella a cada paso para poder caminar. Se le salía la vida a él por los ojos, se le encriptaba el prejuicio a ella en la razón. Él quiso detenerla un segundo en su marcha. Ella para escaparse lo besó

("...eterna y vieja juventud que me ha dejado acobardado...")

Él le devolvió para siempre ese beso en mil besos de jugar al amor. Ella se dejó besar un instante los brazos y lo detuvo antes de que llegue al corazón. Entonces ella habló. Con él, con el extraño. Con el de los ojos de vida y beso. Y contó en aquella plaza de su dolor y su asco

("Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento...").

Le llegó a ella de pronto el llanto y el habla contenida en la piedra del alma. El humo quedaba lejos y el refugio de ser muda también. Se alejaba él unos centímetros para mirarla, abarcarla y saberla imposible de amar. "Sos tan dura mujer" dijo cuando ella casi empezaba a llorar

("...¿Qué le habrán hecho mis manos?¿Qué le habrán hecho?...").

Caminaron juntos desandando el camino para empezar a despedirse. El la abrazó y la quizo por un segundo como nadie en toda la vida. Ella volvió a sentir por un segundo como nunca había sentido en la vida. Y ahí estaban cruzando las vía muertas de esa historia no nacida.

("...canción de esquina con un pedazo de vida, naranjo en flor...")

Subieron entonces al taxi que los llevaría a no volver a verse. Él le pidió que se acerque y la acomodó en su pecho para transformarla en recuerdo. Le besó por única vez la frente y se guardó entonces ella su desamor

("...Perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon en el viento...").

Ella bajó del taxi y se despidió medio muerta, medio viva. Caminó por la calle del hasta siempre y como siempre no miró para atrás.

("...Y en esa calle de estío, calle perdida, dejó un pedazo de vida y se marchó...").

* Este es un post un tanto encriptado y quizás inentendible. Quise contar que me crucé en estos días con un extraño que me dio un poco de lo que yo creía que ya no tenía. Me miró con los ojos más llenos de vida que jamás haya visto. Me hizo sentir. Eso, me hizo sentir. Más allá de que no pudiéramos enamorarnos, por una noche larga de charla y besos en una plaza me hizo sentir. Fue la noche más extraña y movilizadora de mi vida diría. Noche de naranjo en flor. Promesas vanas de un amor que se escaparon en el viento.